El otro día me acordaba de aquella vez que fui al cine con mi hermano el más pequeño a ver la mierda esa de Van Helsing. Me vino a la memoria porque es increible cómo algunas veces tu mismo cuerpo te traiciona ya que crees conocerlo y te dices "voy a mear antes de salir y así aguantaré más rato" pero ohhhhhhh tonto de mi, a estas alturas de la vida ya debería más que saber que si está de por medio el frío, el beber mucho líquido o ver agua por montones me provoca el parecerme a los viejitos incontinentes que se mean encima.
Hace años ya, cuando fuimos a ver Titanic, caí en cuenta de que el ver agua todo el rato me provocaba unas ganas inconmensurables de mear :P. Ese día fué bastante especial porque aparte de salir corriendo cuando se estaba hundiendo el pinche barco (pues me dije "voy antes de que se acabe de hundir" :P) al final de la película pasó algo que nunca más volví a experimentar en un cine en México: la gente se puso a aplaudir al final de la película!!!. Ciertamente creo recordar que fuimos de los primeros que nos lanzamos a verla y aunque se oían buenas referencias llegadas desde las lejanas tierras del norte creo que los ahí presentes no nos esperabamos una película tan.... entretenida y emotiva, digamos :P. Jajajaja, justamente eso de la emotividad hizo un poco "incomodo" el momento en que sacamos nuestras tortas de salchicha para comer ahí :P...... ah! porque eso era también otro ritual familiar: meter comida de contrabando al cine :P. Me acuerdo que mi hermano y yo sacamos nuestras tortas envueltas con el plástico ese que suena que parece estas arrugando papel y la gente voltenado a vernos jajajaja :P.
Pero bueno, esa vez fué hasta cierto punto algo normal... algo controlable, no como la vez de Van Helsing ¬¬ donde si mal no recuerdo aparte de malgastar nuestro dinero se combinaron peligrosamente dos factores fundamentales: un refresco grande y el aire acondicionado del cine :S. Al final de la película yo estaba al filo de la butaca pero no por estar presenciando un peliculón sino porque yo sentía que ahora sí me meaba ahí mismo y fué entonces que mi ser empezó a debatirse entre aguantar o ir a buscar el tan anhelado y merecido alivio de vejiga a razón de sacrificar el final de la película y quedar en la ignorancia de saber al 100% en que mierda había malgastado mis dineros ¬¬. Al final decidí aguantar como solo los héroes de los cantares de las mitologías más chingonas pudieron hacerlo y me quedé ahí mirando la pantalla mientras pensaba cosas como "yaaaa puto mostro!!!!!...... ayudalo!!! o mátalo!!! o muerete cabrón pero que se acabe esta madre!!!!!" y ya.... batalla final, Van Helsing se lleva al catre a la Kate Beckinsale (que junto con el trío de vampiras fué lo único que valió la pena) y salen las letras a la par que me puse a buscar la salida para correr en búsqueda del ídolo de porcelana (...... el migitorio pues). Llegué, me posicioné y nada más empezar entró otro wey que también hizo lo propio, hasta ahí todo normal pero lo gracioso del asunto es que parecía que hacían relevos porque instantes antes de que él terminara llegó otro wey y momentos después.... otro!!! jajajaja.... por ahí dira alguien "no mames yo he hecho lo mismo alguna vez ¬¬" y puede que así sea pero sin ánimo a exagerar puedo decir que mínimo estube poco más de un minuto meando........ UN MINUTO!!!! ¿sabe alguien lo que es estar un minuto entero meando???? pues yo sí.... y fué algo tan raro que recuerdo que cuando le di la vuelta al segundo wey me empecé a reir :P.... y esa es mi valiente historia ;)
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Menos mal que no fué en esta escena :P |
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